Sábados Literarios de Mercedes. El lugar desde el que escribo
A diario, me asomo al exterior a través de dos ventanas, respiro y suspiro en cada una de ellas.
La más grande, con dos inmensas hojas de cristal, me transporta a una realidad cotidiana.
Recreo la mirada, y mi ensimismamiento es compartido por palomas, gorriones, helechos y un laurel, y siempre por un cielo tan variado como los gustos.
Hoy por ejemplo está gris plomizo, serio y circunspecto, pero me gusta.
Cuando amanece y se gasta la madrugada, me repito: “Hoy, puede ser un buen día” confiado, me lo creo, me doy mis tiempos y construyo lo que corresponde a mi aportación en esa unidad de tiempo que es el día.
Cuando anochece, todavía con los últimos rayos del sol, pego la nariz al cristal y repaso lentamente los misterios de las horas vividas, y veo esconderse la luz por mi derecha. Entonces, solo, en esa soledad consentida me dejo seducir por el pautado ronroneo de las palomas, y la vista se pierde por entre las hojas del laurel.
La otra ventana, sigue a continuación. Ésta, mucho más pequeña y de una sola hoja de tacto líquido me lleva a un mundo virtual, que cada vez lo es menos, y converso con ella o mejor dicho a través de ella.
Es rara esa perspectiva bidimensional, pero te acostumbras y descubres lo cerca que está todo, los conocimientos, la amistad, los descubrimientos, la compañía, incluso la decepción, el enfado o la alegría, y sobre todo, uno mismo, que creía conocerse y no lo está lo suficiente. Desde ambas, contemplas las estrellas y en ambas te refugias, tomas fuerza, y si buscas la belleza terminas por encontrarla.
No son dos calles, ni dos plazas, ni dos alamedas, ni tan siquiera dos rincones de estilo románico con sendas fuentes de chorritos interminables de agua frente a un banco de piedra.
Es sólo, que a ellas llego con la punta de mis dedos.
Y ahora, a seguir la secuencia, que mañana cuando abra los ojos, de nuevo me alimentaré de aromas y ronroneos y de un cielo disfrazado de lo que él quiera, que para algo es Amo y Señor de nuestro destino, aunque el mío, esté unido a esta fría silla de ruedas.
La más grande, con dos inmensas hojas de cristal, me transporta a una realidad cotidiana.
Recreo la mirada, y mi ensimismamiento es compartido por palomas, gorriones, helechos y un laurel, y siempre por un cielo tan variado como los gustos.
Hoy por ejemplo está gris plomizo, serio y circunspecto, pero me gusta.
Cuando amanece y se gasta la madrugada, me repito: “Hoy, puede ser un buen día” confiado, me lo creo, me doy mis tiempos y construyo lo que corresponde a mi aportación en esa unidad de tiempo que es el día.
Cuando anochece, todavía con los últimos rayos del sol, pego la nariz al cristal y repaso lentamente los misterios de las horas vividas, y veo esconderse la luz por mi derecha. Entonces, solo, en esa soledad consentida me dejo seducir por el pautado ronroneo de las palomas, y la vista se pierde por entre las hojas del laurel.
La otra ventana, sigue a continuación. Ésta, mucho más pequeña y de una sola hoja de tacto líquido me lleva a un mundo virtual, que cada vez lo es menos, y converso con ella o mejor dicho a través de ella.
Es rara esa perspectiva bidimensional, pero te acostumbras y descubres lo cerca que está todo, los conocimientos, la amistad, los descubrimientos, la compañía, incluso la decepción, el enfado o la alegría, y sobre todo, uno mismo, que creía conocerse y no lo está lo suficiente. Desde ambas, contemplas las estrellas y en ambas te refugias, tomas fuerza, y si buscas la belleza terminas por encontrarla.
No son dos calles, ni dos plazas, ni dos alamedas, ni tan siquiera dos rincones de estilo románico con sendas fuentes de chorritos interminables de agua frente a un banco de piedra.
Es sólo, que a ellas llego con la punta de mis dedos.
Y ahora, a seguir la secuencia, que mañana cuando abra los ojos, de nuevo me alimentaré de aromas y ronroneos y de un cielo disfrazado de lo que él quiera, que para algo es Amo y Señor de nuestro destino, aunque el mío, esté unido a esta fría silla de ruedas.
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No pasa nada Alfredo.
ResponderEliminarRecojo tu enlace y luego vendré a leerte.
Fantástico y emotivo texto Alfredo. Es curioso lo que pueden significar un par de ventanas en la vida de alguien.
ResponderEliminarTejes muy bien las palabras. Te felicito.
Un abrazo
Un relato con todos los detalles, sin mirar a través de esas ventanas puedo sentir todo lo que describes. Maravilloso!
ResponderEliminarBesos
Suele suceder que el rincón en el que nos hallamos más a gusto es el que nos inspira más fácilmente. Hermosa manera de compartirnos algo de tu rincón.
ResponderEliminarUn abrazo!
Las ventanas siempre tan importantes en la vida de las personas.¡Qué haríamos sin ellas!
ResponderEliminarUn relato apasionante.
Un saludo.
Cuánto nos ofrecen los ojos, cuando uno está atento a ver.
ResponderEliminarPrecioso y cuidado relato,
con mucha sensibilidad.
Un abrazo.
Lo que puede hacer la mirada a través de esas dos ventanas. La imaginación juega un papel muy fuerte.
ResponderEliminarPreciosa y emotiva descripción de lo que te rodea.
Un abrazo
Maravilloso tu relato Alfredo,
ResponderEliminarme han encantado tus ventanas, realmente las dos forman parte importante de nuestras vidas y tu lo has descrito perfectamente
Dejas ver muchas mas ventanas en lo que escribes, que en lo que describes, preciosamente, por cierto.
ResponderEliminarLa realidad de un cielo plomizo no sujeta la luz de tu inspiracion.
Un beso
He disfrutado tu relato,
ResponderEliminarSaludos
Hola Alfredo.
ResponderEliminarMe ha gustado la métafora de refugiarse en las estrellas, sea cual sea la ventana desde donde se haga.
Como siempre, nos has dejado un relato impecable.
Un abrazo.
Maat
Esas ventanas que hacen que se desplieguen nuestras alas y volemos, aunque la realidad nos cuente otra historia, abramos muchas ventanas como las tuyas.
ResponderEliminarSaludos.
Que manera mas bonita de acercarnos a tu ventana. Me ha gustado mucho tu relato. Siento no haberte visitado antes pero se me ha complicado el dia con problemas de salud.
ResponderEliminarMe gusta tu rincón.
Un beso
Alfredo,
ResponderEliminarTu relato de las dos ventanas que te inspiran a escribir, todo lo que ves y sientes a traves de ellas, nos lo has explicado como tu sabes, con mucho arte.
Me gusta como relatas y como cuentas las cosas, me ha gustado tu "soledad consentida". Y me has recordado a Serrat con lo de "Hoy puede ser un buen dia"
Creo que tus dos ventanas son complementarias, y se necesitan mutuamente.
Besitosssss
una fria silla de ruedas,ventanas,alma y mente regodeandose,estrujandose,para que desde esa mano salga una voz.
ResponderEliminarcordiales saludos
Desde mi ventana, te mando este rincón lleno de luz y mar. Me ha encantado tu relato :)
ResponderEliminarUn abrazo, Alfredo.
Loli
Cada dia es una nueva oportunidad de vivir mejor tu propia vida... ¿que haras hoy para que tu vida merez aun mas la pena? yo... leerte a ti¡¡¡ Un beso
ResponderEliminarHola Alfredo, creo que las ventanas nos inspiran muchas cosas, precioso el texto, la descripción de esas vistas. Sólo te pondría un pero, soy muy pesada con esto, es sobre tu blog, me cuesta mucho leer sobre negro y con una letra tan pequeña, ya sé que el negro es muy elegante y que las fotos quedan geniales y que éste es tu blog, pero tenía que decírtelo, me gusta más el blanco.
ResponderEliminarUn saludo cariñoso
Siempre hay muchas ventanas para poder mirar el cielo y nuestro alrrededor... Me encanto tu relato verdaderamente sencible... Muchas gracias por compartirlo...
ResponderEliminarUna magnífica música, con la que siempre nos regalas, y además, nada más y nada menos que dos ventanas!!!!
ResponderEliminarComo dos ojos!!!
Por ahí podemos ver el mundo!
Luz, calor, color, lluvia, cielos, sueños...el infinito!!!
Precioso.
Un beso.
Mucho mejor con esta letra, creo que las palabras tan hermosas que escribes merecen ser leídas en las mejores condiciones. Un beso
ResponderEliminarDos ventanas para una misma vida, "hoy puede ser un gran día" para tí y para los paisajes que vives en esas dos ventanas, gracias a la segunda nos comunicas retazos de sentida intimidad, felicidades por explicarlas tan bien, natalí
ResponderEliminar!!Que bien veo ahora todo!!!jajaja.
ResponderEliminarPensaba que tenia que ir otra vez a graduarme la vista.
Gracias, Alfredo.
alfred000
ResponderEliminar"y si buscas la belleza terminas por encontrarla."
esta es la frase...
per0 esa dualidad que has expuest0 de "realidad"
"virtualidad"
reunidas, para mi, clar0, en las sensaci0nes iguales que de ambas se puede sacar...
recuerd0 que cuand0 c0mence en est0 da la virtualidad, me decia, cuidad0, 0 est0 ea una maquina...0 detras n0 hay...y una mierda, c0m0 t0d0 en esta vida, en l0 t0cante a l0 human0, dentr0 de la virtualidad hay sentimient0s...y en es0s sentimient0s existen el 0di0 y el am0r y la muerte y...
gracias, alfred0.